Identidad Ignaciana

Rasgos de una espiritualidad ignaciana laical en el trabajo de la Familia Solidaridad

Las personas que son parte de la Familia Solidaridad, son personas inspiradas en la espiritualidad ignaciana, es decir,  personas que manifiestan unos rasgos típicos: son compañeros(as) de Jesús, se sienten apasionados(as) por la misión, buscan la Mayor Gloria de Dios, son contemplativos en la acción y viven en espíritu de discernimiento.

Ser compañero(a) de Jesús, es algo esencial en la espiritualidad de la Familia Solidaridad, esto se plasma en el compañerismo, en el compartir el pan, en el compartirse por los demás, en volverse alimento para otros y otras.   

Somos compañeros de Jesús, invitados a trabajar con Cristo en hacer realidad el gran proyecto de Dios, un proyecto que no puede fallar, un proyecto que necesita muchos trabajadores, por ello, invitamos a otros a unirse en nuestro esfuerzo a contribuir al proyecto de Dios, y buscamos responder a quienes nos invitan a unirnos a sus esfuerzos a contribuir en el proyecto de Dios.

 Somos apasionados por llevar adelante el Reino y por ello, nos dedicamos a realizar obras, no sólo porque sean buenas, sino porque tocan el corazón de la historia, buscan cambiar vidas y construir el Reino de Dios entre nosotros.

 Tomamos la iniciativa en servir al proyecto de Dios, pero procediendo siempre con un verdadero discernimiento, lo que significa dejar ir las propias preferencias y más bien responder a nuestros deseos profundos que fueron plantados en nosotros por Dios y nos conectan a los deseos de Dios para nosotros y por el mundo. El discernimiento hace que nuestros esfuerzos respondan a lo que realmente se necesita, a nuestros deseos más profundos: qué dones se te han dado? Dónde pueden ser contribución al servicio del proyecto de Dios? Tu don es lo que más fructíferamente puedes contribuir, y contribuyendo de todo corazón va a satisfacer tu deseo.

Somos personas que estamos haciendo lo mejor que podemos, poniendo todo nuestro corazón en nuestro trabajo en servicio de Dios, en oposición a nuestras propias ambiciones y sentido de logro. Hacemos discernimiento constante para comprender si son nuestros métodos, esfuerzos y proyectos los medios más efectivos a nuestro alcance para contribuir con nuestros dones al Reino de Dios.

 Somos personas que buscamos no el modo bueno de hacer lo que se tiene que hacer, sino buscamos el mejor modo de hacerlas, el modo que más toque, que más cambie, el que haga que todas las personas tengan vida, y vida abundante. 

Somos personas que nos distinguimos porque realmente vivimos la búsqueda de la excelencia, del Magis para la Mayor Gloria de Dios. En lo que emprendemos  buscamos hacer lo mejor que podemos, poniendo todo nuestro corazón en nuestro trabajo en servicio de Dios, en oposición a nuestras propias ambiciones y sentido de logro. Buscamos la calidad más que la cantidad.

 Somos personas que vivimos desde el comienzo de paradojas, ya que hacemos todas las cosas como si dependieran de nosotros sabiendo que en definitiva dependen de Dios.Buscamos ser contemplativos en la acción, es decir, actuamos en la realidad, participamos en la vida social del mundo, y a la vez, buscamos espacios de silencio, de desierto y oración, de discernimiento para poner nuestras acciones y Obras en manos de Dios. Nuestra opción es la austeridad en el modo de vida; pero no escatimamos la excelencia de los medios.